Estoy sentada en mi comedor, pensando en esta personita espectacular que tuve la enorme fortuna de conocer, una italiana de estatura chica con una super chispa, muy alegre, inteligente y hermosa ser humano por dentro y fuera. La conocí en el tiempo que trabaje en el Hospital Chipsa, el tiempo que estuve en ese hospital trabajando como coordinadora de pacientes me ha dado unas de las experiencias mas enriquecedoras a nivel espiritual que he experimentado.  Cada cierto tiempo llegaban pacientes de diferentes partes del mundo, en esta ocasión llego ella, Nina.

Nina y yo hicimos conexión en seguida, de hecho percibí que de algún modo ella se veía reflejada en mí y es muy chistoso por que en ocasiones sentía que en vez de ayudarla, ella me ayudaba a mí.

Buscaba formas se podrían decir alternativas para tratar su enfermedad y lidiar con sus emociones más allá de lo convencional. Me mostró ejercicios para terapia que yo desconocía y los pusimos en práctica mas de una vez. En ese momento de mi vida, a pesar de vivir uno de los momentos mas importantes y gratos, tenía mi autoestima muy baja, había terminado una especie de relación de muchos años y había renunciado al negocio familiar, me encontraba hasta playas viviendo y trabajando, alejada de toda mi familia y amistades.

Ella me hizo sentir familia sin siquiera tener una conexión sanguínea, me repetía todo el tiempo: ERES UNA REINA, NADIE PUEDE TRATARTE MAL NISIQUIERA TU FAMILIA, ERES ESPECIAL Y MERECES TODO LO BELLO QUE ESTE MUNDO PUEDA DAR, ERES UNA REINA, DIMELO. 

Lo escribo y me dan ganas de llorar, pero no un llanto de tristeza, sino un llanto de agradecimiento, de dicha de conocerla y dicha que me obligara a repetir eso una y otra vez hasta en realidad creerlo. Te extraño mucho Nina, y tenía que escribir este mini pedacito de ti, por que eres importante en mi vida y espero que estas palabras puedan ayudar a alguien que lo necesite como me ayudaron en su momento.